Estrategias de autoestima TDAH: CAUSAS QUE DETERIORAN LA AUTOESTIMA
Los continuos fracasos a los que se encuentran sometidos estos niños, crea en ellos una inseguridad tanto a la hora de realizar cualquier tipo de tarea, como en sus relaciones sociales. Estas inseguridades las suelen achacar a factores extrínsecos, por lo que piensan que no pueden ser controlados por ellos mismos. Suelen tener miedo a ser olvidados, rechazados o incluso marginados por las personas que ellos quieren y aprecian. Sus miedos y sus inseguridades son una característica fundamental que demuestra una baja autoestima en la persona.
Los niños con TDAH creen que el esfuerzo no influye en sus tareas, ni en sus acciones; sino que los fracasos los asocian a causas externas/ajenas a ellos y que no pueden modificar. Éste hecho les crea una insatisfacción que les lleva a frustrarse ante ciertas tareas, provocando el abandono de cualquier tipo de actividad que ellos crean que no son capaces de realizar y afectando a su autoestima de manera negativa.
Los fracasos escolares y sociales les suelen llevar a rodearse de personas que tienen al igual que ellos, problemas escolares, conductuales y sociales, lo que aumenta en ellos sus problemas y dificultades en estos aspectos. Se crea así un círculo vicioso que les lleva a tener una mayor probabilidad de caer en el abuso de ciertas drogas y/o adicciones, al encontrarlas como una salida y una respuesta a sus problemas.
La falta de conciencia de sus deseos y de sus objetivos, lleva al niño con TDAH a actuar en un "sin sentido". Todas las personas tenemos unos objetivos vitales; unos a corto plazo y otros a largo plazo; y actuamos de un modo u otro intentando llegar a cumplir poco a poco cada uno de los objetivos, posponiendo en muchas ocasiones nuestra satisfacción personal. Éstos niños, por el contrario, no son capaces de fijar qué objetivos quieren conseguir a largo plazo, a la vez que tienen dificultades para jerarquizarlos de forma correcta. Su trastorno les hace buscar la satisfacción inmediata actuando de forma impulsiva e irreflexiva en muchas ocasiones. Este comportamiento muchas veces es el causante de las dificultades en sus relaciones sociales.
La dificultad en su autocontrol debido a su hiperactividad y su impulsividad son en gran medida los causantes de muchos problemas asociados a este trastorno: conductuales, de relación social?
Los niños con TDAH tienen problemas neurológicos que afectan en su mayor parte a las funciones ejecutivas del cerebro, y más concretamente a la habilidades de organización, secuenciación? Estas áreas alteradas producen que el niño con TDAH no sepa secuenciar y jerarquizar los diferentes estímulos que le llegan continuamente del ambiente, lo que afecta a la toma de decisiones en la medida en que no sabe priorizar o jerarquizar los estímulos, dificultando sus elecciones.
Estos niños tienen problemas con la expresión de las emociones negativas como tristeza, enfado, agresividad? No saben demostrar a los demás sus emociones y sentimientos, lo que condiciona las relaciones en los diversos contextos en los que se desarrolla: colegio, casa.
La no satisfacción de las necesidades básicas como alimentación, sueño etc. pueden derivar en problemas de diverso índole que afectará igualmente a la autoestima de la persona.
Frecuentemente suelen ser víctimas de violencia física y verbal provocados por sus continuos fracasos escolares y problemas conductuales. La impulsividad y la hiperactividad hacen que sean personas más susceptibles de recibir este tipo de maltrato que habrá que vigilar, ya que es uno de los factores que más influyen en la autoestima de los niños con TDAH. No hay que olvidar que la autoestima se crea a partir de la imagen que damos a los demás, así como de la reciprocidad que nos demuestran.
Adquieren una apariencia falsa para impresionar a los demás o para satisfacer sus propias necesidades. Intentan aparentar ser quienes no son para agradar a sus compañeros adquiriendo una personalidad diferente a la suya. Para ello suelen imitar las personalidades de aquellas personas que admiran y que son más populares.
Sin embargo, esto no es recomendable ya que finge para intentar compensar las carencias que tiene, así como para intentar aumentar su autoestima. A pesar de que a corto plazo puede tener resultados positivos en la autoestima, a largo plazo conlleva un deterioro progresivo de la misma.
La excesiva sobreprotección de los padres y los familiares hacia los niños con TDAH producirá ciertos problemas en el futuro. Sobreproteger exige muchas veces un aumento de las exigencias de los padres hacia la realización de las tareas de estos niños, para nada beneficioso. Supone para el niño además una confrontación con la realidad, ya que refugiarle en un ámbito y en un momento determinado, no evita su relación futura con la realidad de nuestra sociedad. El proporcionar cierta libertad al niño, hace que madure con mayor rapidez, a la vez que va tomando conciencia de la realidad social favoreciendo su autonomía y su realización personal.
Los niños con TDAH, suelen tener necesidades muy diferentes a las necesidades que tienen otros niños. Y por ello, las medidas que se suelen llevar a cabo con estos niños suelen ser contrarias a las que realmente necesitan. Necesitan que todas aquellas acciones que realicen mal, se intenten obviar en la medida de lo posible, mientras que cada avance o progreso que realice el niño, se deba elogiar de manera considerable, ya que el esfuerzo que éstos realizan para conseguir pequeños avances es mucho superior a la que puede realizar cualquier niño que no tenga este trastorno. Para ellos los castigos suelen servir como inhibidores de la autoestima, mientras que cualquier tipo de recompensa favorece la rápida adquisición de la misma.
En numerosas ocasiones se les culpabiliza por errores cometidos por otras personas (familiares, compañeros de clase...). Como normalmente son ellos los que cometen errores, muchas veces se les implica en otros muchos que ellos no han cometido. Esto les lleva a no entender determinadas situaciones e influir negativamente en su autoestima.
FORMAS ERRÓNEAS DE CONSTRUCCIÓN DE LA AUTOESTIMA EN AFECTADOS DE TDAH
1. Alabar a los hijos o alumnos por sistema, con independencia de su comportamiento.
Son ocasiones en las que por miedo a que no tengan un buen autoconcepto de si mismos se les premia aunque tengan conductas erróneas. Por ejemplo, no les importa que fracasen en sus estudios a causa de su vagancia, que derrochen el dinero? lo único que les importa es que se quieran cada vez más a sí mismos.
2. No culpabilizarlos nunca de nada, suceda lo que suceda
Esto es para que no pasen por la humillación de sentirse avergonzados. Tampoco cuestionan ni critican nunca lo que dicen o hacen para que evitar que se enfaden.
3. Rebajar la exigencia al máximo.
Estos padres tan indulgentes con sus hijos lo que consiguen es que sus hijos no aprendan a esforzarse y a superar las metas que se van encontrado en el camino.
4. Tener demasiadas o pocas expectativas de los niños.
Es fundamental, reconocer las limitaciones que tienen los niños con tdah y no exigir nunca por encima de aquello que son capaces de hacer. Tampoco es recomendable tener muy pocas expectativas porque eso les hará pensar que ellos no valen para afrontar las situaciones.
5. Sobreprotegerles a los niños.
Las personas con baja autoestima son inseguras y les cuesta tomar decisiones, prefieren siempre que otros decidan por ellos. Desde pequeños podemos ponerlos en la tesitura de tomar pequeñas decisiones: ofrecer dos sabores de yogurt, dos prendas para vestirse, entre una actividad extraescolar y otra.
6. Reflexionar sobre el fracaso.
Los errores, la no consecución de objetivos y las pequeñas o grandes frustraciones forman parte de la dinámica de la vida. Hay que enseñar a ganar? pero también a perder y a volver a afrontar de nuevo las situaciones.
Gerardo Castillo Ceballos en su artículo "El desarrollo de la identidad personal" comenta que los hijos acostumbrados a ser alabados de forma incondicional suelen sentirse muy defraudados cuando, al incorporarse a la vida adulta, chocan con la realidad. Esa colisión les descubre, de pronto, que su autoestima está mal fundamentada y que, por ello, no es real.
La experiencia nos enseña que la autoestima de los hijos o alumnos no se desarrolla por la vía del elogio continuo e injustificado. Quienes buscan fortalecer el ego por ese camino, lo único que consiguen es debilitarlo y aislarlo. La mejor autoestima es la merecida, la que se basa en logros reales, la que cada uno se gana con su propio esfuerzo.